El Colegio Médico de Ourense quiere manifestar públicamente su apoyo a los médicos madrileños, a la AFEM (Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid) y al Colegio de Médicos de Madrid en su oposición a varias de las decisiones de política sanitaria tomadas en los últimos días por esa Comunidad Autónoma. No sólo en cuanto al rechazo de su aplicación en el ámbito de un Servicio de Salud distinto al nuestro, sino por si estas medidas tienden a generalizarse y acaban afectando también a Galicia y, por tanto, a Ourense.
Las razones de nuestra oposición a esa línea de política sanitaria son las siguientes:
1) Por que se basa en decisiones absurdas e injustas, carentes de fundamento técnico y tomadas con improvisación y oscurantismo, sin discutir -ni siquiera consultar- previamente con los profesionales y los ciudadanos afectados. Siendo, como son, actuaciones "de calado" que "desmantelarán" el actual modelo sanitario público y afectarán, por tanto, a varias generaciones de presentes y futuros pacientes.
2) Porque suponen la transformación de hospitales de excelencia -referencia nacional en algunas especialidades- como el de La Princesa y el Carlos III en otro tipo de dispositivos sanitarios sin una planificación previa que justifique esos cambios y permita su evaluación en un futuro, en base a los resultados alcanzados en términos de eficiencia y coste, tal como cualquier responsable sanitario debe hacer. Y además sin la información necesaria a la población actualmente atendida por esos centros y a los profesionales afectados, que les garantice el mantenimiento de la calidad asistencial que ahora prestan y reciben.
3) Porque la externalización de la gestión sanitaria de los hospitales públicos va a suponer sin duda una reducción de plantillas y el despido de un gran número de médicos interinos y eventuales, con el deterioro asistencial que ello comportará y la pérdida de potencial docente e investigador. Toda una demostración de política de corto recorrido cuando la evidencia científica internacional demuestra que la privatización generalizada de la provisión de servicios sanitarios multiplica los gastos y empeora los resultados en salud. Evidencia que ha llevado a países como el Reino Unido a abandonar ese modelo de gestión en la sanidad pública.
4) Porque añade al copago farmacéutico ya establecido a nivel estatal, la introducción de una nueva e indiscriminada tasa: el euro por receta. Se argumenta que se trata de una medida disuasoria y se cuantifica en una pírrica cifra de ahorro. La realidad es que sólo supondrá, el traslado de parte del coste en fármacos a los pacientes, dificultando en muchos casos el acceso al tratamiento indicado por su medico y poniendo en riesgo el cumplimiento terapéutico en los colectivos más vulnerables como ancianos, enfermos crónicos o personas con escasos recursos económicos. Todo ello en vez de afrontar una reforma sosegada y consensuada con los profesionales, de la actual dinámica de Prescripción Farmacéutica en España, necesitada de importantes cambios para dotarla a nivel estatal de mayor racionalidad, calidad, equidad y eficiencia. Y mientras otros países como Alemania retiran los copagos tras concluir después de años de experiencia, que son inútiles, no suponen ningún ahorro real para el sistema sanitario y burocratizan innecesariamente la asistencia.
En suma, no entendemos esta alocada huida hacia adelante si no tiene detrás un cambio ideológico, no técnico, del modelo sanitario público actual, que por supuesto necesita cambios profundos, pero que en su conjunto se ha mostrado como uno de los más eficientes y baratos del mundo. Un cambio ideológico quizás influido por determinados intereses económicos.
En la perspectiva de que este tipo de medidas no alcancen a Galicia y a Ourense, este Colegio Médico reitera su apoyo a los médicos y pacientes madrileños.
Junta Directiva
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Ourense
Las razones de nuestra oposición a esa línea de política sanitaria son las siguientes:
1) Por que se basa en decisiones absurdas e injustas, carentes de fundamento técnico y tomadas con improvisación y oscurantismo, sin discutir -ni siquiera consultar- previamente con los profesionales y los ciudadanos afectados. Siendo, como son, actuaciones "de calado" que "desmantelarán" el actual modelo sanitario público y afectarán, por tanto, a varias generaciones de presentes y futuros pacientes.
2) Porque suponen la transformación de hospitales de excelencia -referencia nacional en algunas especialidades- como el de La Princesa y el Carlos III en otro tipo de dispositivos sanitarios sin una planificación previa que justifique esos cambios y permita su evaluación en un futuro, en base a los resultados alcanzados en términos de eficiencia y coste, tal como cualquier responsable sanitario debe hacer. Y además sin la información necesaria a la población actualmente atendida por esos centros y a los profesionales afectados, que les garantice el mantenimiento de la calidad asistencial que ahora prestan y reciben.
3) Porque la externalización de la gestión sanitaria de los hospitales públicos va a suponer sin duda una reducción de plantillas y el despido de un gran número de médicos interinos y eventuales, con el deterioro asistencial que ello comportará y la pérdida de potencial docente e investigador. Toda una demostración de política de corto recorrido cuando la evidencia científica internacional demuestra que la privatización generalizada de la provisión de servicios sanitarios multiplica los gastos y empeora los resultados en salud. Evidencia que ha llevado a países como el Reino Unido a abandonar ese modelo de gestión en la sanidad pública.
4) Porque añade al copago farmacéutico ya establecido a nivel estatal, la introducción de una nueva e indiscriminada tasa: el euro por receta. Se argumenta que se trata de una medida disuasoria y se cuantifica en una pírrica cifra de ahorro. La realidad es que sólo supondrá, el traslado de parte del coste en fármacos a los pacientes, dificultando en muchos casos el acceso al tratamiento indicado por su medico y poniendo en riesgo el cumplimiento terapéutico en los colectivos más vulnerables como ancianos, enfermos crónicos o personas con escasos recursos económicos. Todo ello en vez de afrontar una reforma sosegada y consensuada con los profesionales, de la actual dinámica de Prescripción Farmacéutica en España, necesitada de importantes cambios para dotarla a nivel estatal de mayor racionalidad, calidad, equidad y eficiencia. Y mientras otros países como Alemania retiran los copagos tras concluir después de años de experiencia, que son inútiles, no suponen ningún ahorro real para el sistema sanitario y burocratizan innecesariamente la asistencia.
En suma, no entendemos esta alocada huida hacia adelante si no tiene detrás un cambio ideológico, no técnico, del modelo sanitario público actual, que por supuesto necesita cambios profundos, pero que en su conjunto se ha mostrado como uno de los más eficientes y baratos del mundo. Un cambio ideológico quizás influido por determinados intereses económicos.
En la perspectiva de que este tipo de medidas no alcancen a Galicia y a Ourense, este Colegio Médico reitera su apoyo a los médicos y pacientes madrileños.
Junta Directiva
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Ourense
